Hace 12 años llegamos a este lugar, escalonadamente, desde distintos lugares de la república y del mundo, un pequeño grupo de idealistas unidos por el deseo común de reaprender otra forma de vida. Estos adultos jóvenes cambiamos las comodidades de la sociedad moderna, la estabilidad profesional y la seguridad económica para recorrer un camino de autoconocimiento a través del contacto con la tierra y los elementos, creciendo algunos de nuestros alimentos, construyendo nuestras casas con materiales locales, así como desarrollando formas de vida más coherentes y sustentables.

Lo más maravilloso de esta experiencia fue la estrecha relación que creamos con muchos de los vecinos locales. La diferencia, cuando se basa en el respeto y la valorización mutua, crea siempre algo mejor y más evolucionado. Existe una maravillosa sabiduría en esas tierras y en los ojos y los actos de muchas de las personas que las habitan.
El Centro de Aprendizaje Ananda es uno de esos pequeños grandes ejemplos que nos recuerdan que todo es posible cuando se conjuga un deseo verdadero, una visión clara, trabajo en equipo, determinación y mucha constancia.
Con cada ciclo escolar nos esforzamos para que nuevos integrantes locales se unan al proyecto.

El sueño se expande y el Centro de Aprendizaje Ananda va a servir como modelo y centro de capacitación para maestros/as de escuelas rurales de la región y del estado.
La tierra es donde están nuestras raíces. Hay que enseñar a los niños a sentir y vivir en armonía con la Tierra.
Maria Montessori


